Seda

Seda

Seda

No podría, ni tan siquiera imaginar qué hacían aquellos dos hombres allí.
Durante media hora, prácticamente ni se movieron.
Tragaban saliva, nada más.
No eran de ciudad. Las ropas, las gafas de uno de ellos, aquellas botas de media caña con cremallera….
Miraban a ningún lugar. Uno junto al otro, pero en ningún momento cruzaron sus ojos.
Miraban un poco por encima, como si esperasen que llegase algo desde algún lugar.. lejos..

Ni una sola palabra en media hora

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>